La Ciudad Dormida

Foto: Hodari
Texto: Martin Gallego


Solo he visto la ciudad como en la foto de Hodari cuando vuelvo de concierto o cuando voy a trabajar. Como del trabajo hoy no hablaremos, toca música. Este relato no está basado en ningún personaje real, sin embargo todos tenemos un poco de borbones….



La Ciudad Dormida


“Pare, pare donde pueda” le dijo de golpe al taxista, y éste lo hizo nada mas pasar el puente. “Es un momento, hago una foto y vuelvo”. Retrocedió hasta el centro, tomó dos o tres imágenes dejando la cámara apoyada en la barandilla y volvió al coche. Si no se hubiera ganado la vida con la música, lo habría hecho fotografiando. Los últimos cuatro discos que había sacado sólo tenían fotos hechas por él, y según las críticas y los premios no eran malas… Estaba seguro de que la imagen que acababa de tomar sería la portada del próximo, había sentido esa sensación de cosquilleo en el estómago que sucedía cuando acertaba. Le pasó también cuando mezcló la canción que daría título al disco, La Ciudad Dormida. Aún ahora se le erizaba el vello al recordar ese momento. Cuando arrancó el coche, el conductor le preguntó: “¿Cómo ha ido el concierto?” “Bien, le dijo él, tienen ustedes un auditorio cojonudo. Me ha dicho el técnico de sonido que sólo ha utilizado un cuarto de la potencia que usamos normalmente, y eso es bueno para sonar bien. Y la gente de aquí es fantástica” Recordó los conciertos del principio, muchos de ellos sin cobrar, con material cutre y a veces sin equipo de sonido, con el micro de la voz enchufado en el ampli de la guitarra o del bajo…Claro que a ellos y a la gente que les veía les daba igual, al día siguiente la inmensa resaca apartaba todo recuerdo de cómo habían sonado. Cuando grabaron el primer disco y tocaron 150 veces en un año, la cosa ya fue bien. Demasiado bien. Apareció el dinero, la fama, la farlopa, ir puesto era la pose, y posaban todo el rato y todos los días. La portada del último disco juntos era una carretera con una largísima raya continua…..Pero hacían buenas canciones. No se explicaba cómo, pero buenas canciones. Después de tres cedés, los cuerpos y las cabezas no aguantaron mas y llegó la ruptura. El no se sentía a gusto con ese modo de vida y se apartó. En un año compuso los temas de su primer disco en solitario, buscó los mejores músicos y técnicos que el dinero podía pagar y lo grabó en su casa, sin florituras pero contundente. Si miraba para atrás tenía la sensación de haber hecho bien las cosas. Le gustaba la música que hacía, y al resto del mundo parecía que también. La oía cuando caminaba por la calle y pasaba junto a una ventana abierta, la tarareaba la gente cuando estaba contenta, se la habían pedido de banda sonora para un anuncio de Unicef….. Pensó que era un ser afortunado ya que vivía de lo que mas le gustaba hacer. Miró el reloj, vio que no era muy tarde y le dijo al taxista: “¿Sabe algún sitio tranquilo para comer algo y tomar una copa?” Normalmente volvía al hotel después del bolo, pero hoy se sentía con ganas de algo mas. Pensó “!Que coño, y porque me lo merezco, si parezco un monje de clausura, de casa al avión, del avión al hotel, del hotel al bolo, luego hotel, avión y para casa otra vez. Hoy toca salir”. Y sonriendo se acomodó en el asiento tarareando aquella melodía que le rondaba por la cabeza desde hacía un par de días y que aún no tenía letra….

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante blog....me gusta la mezcla de fotos y textos que realizas. enhorabuena

ercanito dijo...

¡Qué bonitas son las fotos de noche con obturación lenta y luces en movimiento!